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Ciclo vital (Metamorfosis)
Las mariposas experimentan una metamorfosis; es decir, pasan de un estado oruga en el que comen plantas, llegando a ser dañinas en jardines y cultivos agrícolas, hasta un estado adulto en el que son incapaces de dañar a las plantas por el tipo de aparato bucal que poseen (tubo largo que sirve sólo para succionar).
El ciclo vital completo se compone de cuatro fases: huevo, larva (oruga), pupa (capullo o crisálida) y adulto.
Tras aparearse, la hembra adulta de la mayoría de las especies pone sus huevos en una planta, que sirve de alimento a las larvas cuando nacen ya que estas poseen un apetito voraz y pueden llegar a alimentarse de otros insectos (depredadoras). Estado final de pupa.
Por ejemplo: ciertas orugas se alimentan de pulgones; otras forman complejas asociaciones con hormigas, viven en hormigueros y comen larvas de hormiga. Algunas larvas se alimentan de cereales almacenados e incluso se comen la ropa de lana. Las larvas tienen el cuerpo cilíndrico y bastante elástico, ojos simples, piezas bucales masticadoras, tres pares de patas verdaderas en el tórax y cinco pares de patas abdominales. Comen continuamente, mudan la piel con periodicidad según van creciendo, hasta multiplicar cientos de veces su tamaño original, y por último, llegan a la fase en la que tejen sus capullos y se convierten en pupas. Durante esta fase las estructuras de la larva se transforman por completo; sus sistemas internos se reorganizan y se desarrollan las estructuras externas del adulto. Las mariposas se alimentan de gran variedad de sustancias: néctar, fruta podrida, carroña, estiércol, orina y otros exudados vegetales y animales. La mayoría de las especies busca de forma activa el néctar de las plantas con flor, transportando así polen de unas a otras y contribuyendo a su fecundación. |
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